La Ciudad de México ha dado un paso significativo en la protección y bienestar de los animales de compañía con la entrada en vigor de la nueva Ley de Protección y Bienestar a los Animales, conocida popularmente como “Ley Maple”. Esta legislación, que comenzó a aplicarse desde el 29 de marzo, exige que todos los perros y gatos sean inscritos en el Registro Único de Animales de Compañía (RUAC), una medida destinada a combatir el maltrato animal y a responsabilizar a los ciudadanos sobre el cuidado de sus mascotas.
El RUAC, inspirado en la Clave Única de Registro de Población (CURP) para humanos, no solo servirá como un instrumento para identificar a los tutores de los animales sino también como un medio para llevar un registro del historial médico de las mascotas, incluyendo vacunación, desparasitación y esterilización. Esta herramienta, que ha estado disponible desde 2023, se fortalece ahora con la implementación de la Ley Maple, marcando un hito en la lucha contra el abandono y el maltrato animal en la capital mexicana.
La ley lleva el nombre de “Maple” en memoria de un trágico caso de negligencia en el cuidado de un perro que culminó en su muerte, destacando la necesidad urgente de regular y monitorear los establecimientos de cuidado animal así como de concienciar a la población sobre sus responsabilidades como tutores.
Hasta junio del pasado año, 137,440 animales habían sido registrados en el RUAC, demostrando el compromiso de la ciudadanía con esta iniciativa. Sin embargo, aquellos que aún no han cumplido con este requisito, enfrentan ahora la posibilidad de multas que van de los 2,279 a los 3,365 pesos y arrestos de hasta 36 horas, según lo establecido en el artículo 66 de la Ley de Protección y Bienestar a los Animales de la Ciudad de México.
Este esfuerzo se alinea con las estadísticas globales y nacionales que muestran la crítica situación del maltrato animal y la alta cantidad de perros sin hogar, situando a México como el primer país de América Latina con la mayor cantidad de canes en situación de calle y el tercer país a nivel mundial en maltrato animal.
La Ley Maple y el RUAC representan un claro mensaje de la Ciudad de México hacia el resto del país y del mundo: el bienestar animal es una prioridad y la responsabilidad de su cuidado recae no solo en los tutores sino en la sociedad en su conjunto. Con estas medidas, la CDMX se posiciona como un referente en la protección animal en América Latina, esperando que más ciudades y países adopten iniciativas similares en un futuro cercano.