
Un equipo del Instituto de Biología (IB) de la UNAM ha comenzado un censo pionero del axolote silvestre (Ambystoma mexicanum) en Xochimilco, una especie icónica y en peligro crítico de extinción. Este esfuerzo busca actualizar datos clave sobre su población, luego de que el último censo en 2014 reportara apenas 36 ejemplares por kilómetro cuadrado.
Un conteo crucial para enfrentar la incertidumbre
Liderado por el doctor Luis Zambrano González y la maestra Vania Anaid Mendoza Solís, el proyecto se desarrolla en fases. La primera, realizada entre septiembre y octubre de este año, incluyó el análisis de ADN ambiental, calidad del agua y biodiversidad en los canales de Xochimilco. «Es vital comprobar la presencia del axolote en vida silvestre para combatir la desinformación y actuar con estrategias claras», afirmó Zambrano.
Amenazas y primeros hallazgos
La urbanización, la introducción de especies exóticas como las tilapias y la contaminación del agua han llevado al axolote al borde de la desaparición. «El deterioro de Xochimilco no solo pone en riesgo al axolote, sino que afecta directamente la calidad de vida de los capitalinos», advirtió Mendoza Solís.
Los resultados preliminares se presentarán en el primer semestre de 2025, con una segunda etapa del censo prevista para enero y febrero del mismo año.
Proyectos de restauración y apoyo social
Además del censo, el IB impulsa iniciativas como el programa ¡Chinampa-refugio!, que colabora con chinamperos para crear espacios protegidos donde los axolotes y otras especies puedan prosperar. Aunque estas áreas representan solo el 0.5% de los canales de Xochimilco, los investigadores esperan ampliarlas significativamente para garantizar una población saludable de anfibios.
El impacto positivo de estos refugios ya se evidencia con el regreso de especies como la rana Tláloc y peces nativos, lo que indica una recuperación gradual del ecosistema.
Adopta un axolote y un ecosistema
Como parte de las estrategias para involucrar a la sociedad, el próximo 21 de noviembre se lanzará la tercera edición de la campaña “Adopta un axolote”, que permitirá a los ciudadanos contribuir al mantenimiento de 130 ejemplares bajo cuidado en laboratorio. Los participantes podrán nombrar a su axolote y recibir actualizaciones sobre su desarrollo.
También se podrá adoptar una chinampa-refugio, con visitas opcionales para conocer de cerca el trabajo de restauración. «El axolote no puede existir sin Xochimilco, y Xochimilco no puede sobrevivir sin el axolote», enfatizó Zambrano.
Este esfuerzo no solo busca salvar a una especie emblemática, sino también restaurar un ecosistema vital para la Ciudad de México.